Las escorts son una fantasía recurrente para muchos hombres. El morbo que nos provoca el saber que hay mujeres expertas en entregarse al placer, capaces de saciarnos en cualquier cosa que le pidamos, nos supone un deseo irrefrenable. Muchos siguen viendo a estas trabajadoras sexuales como simples prostitutas que no tienen otra habilidad más que saber entregarse al placer. Sin embargo, para ser una escort de lujo se necesita mucha preparación, y no todas lo consiguen. Por muy guapa o atractiva que seas, si no logras estar a la altura de lo que tus amantes te piden, no durarás mucho en un mundillo tan competitivo como este. Las chicas que quieren dedicarse realmente a esto del sexo profesional se esfuerzan por ser cada día mejores amantes. Exploran nuevas fantasías, perfeccionan sus servicios y aprenden nuevas formas de saciar a sus clientes. Saben tratarlos con delicadez y tacto, con morbo y picardía, para que ellos se sientan cómodos en su compañía.

Es así como muchos hombres disfrutan más con las escorts que con sus propias parejas, y  no nos referimos solo al plano sexual, que sería lo lógico. Hay ciertas fantasías que los hombres tienen en mente, pero no pueden compartir con cualquier chica. Deseos que son considerados como poco  habituales, extraños o incluso raros. ¿Qué pensará mi chica si le confieso que me gustaría hacer tal o cual cosa en la cama? ¿Se enfadará conmigo? ¿Se negará a hacerlo? Satisfacer esos deseos prohibidos y ocultos es una de las razones que llevan a muchos hombres a contratar a escorts. Y es que ellas no te van a poner barreras, siempre que el servicio sea algo pactado entre los dos. Hay profesionales del placer que han llegado a realizar servicios que no imaginarías, para saciar a sus clientes. Si lo que te van son los juegos de rol, por ejemplo, estas chicas pueden cumplir para ti ese deseo que llevas tanto tiempo guardando. Y lo harán, además, poniendo todo de su parte y logrando que la experiencia sea verdaderamente inolvidable para ti en todo momento.

Qué son los juegos de rol

Seguro que has oído hablar de ellos, incluso los habrás practicado alguna vez, aunque haya sido de refilón. Los juegos de rol son muy habituales entre parejas, sobre todo cuando hay cierta confianza y se pueden desarrollar sin prejuicios. Están basados en la premisa de que durante el acto sexual, una o ambas partes cambiarán su personalidad para ajustarse a la de un personaje. Puede ser ficticio o real, puede ser una situación muy concreto o algo más general. Un juego de rol clásico es aquel en el que la chica se convierte en enfermera para “sanar” a su pareja gracias a sus conocimientos sexuales. En ocasiones, los juegos de rol ni siquiera necesitan tener personajes fijados, solo un tipo de comportamiento para la persona que cogerá dicho rol.

En principio, todo lo que es dominación y sumisión también entraría dentro de los juegos de rol, al ser prácticas donde se adopta una personalidad muy  marcada. Es como meterse dentro de una fantasía, algo que suele añadir mucho morbo al sexo. Todos tenemos fetiches, y cumplirlos suele ser algo muy gozos si además viene acompañado de satisfacción sexual. De hecho, tanto hombres como mujeres suelen tener grandes fantasías con ciertas profesiones, o con uniformes. Es algo tan arraigado en nuestra cultura que lo hemos visto en miles de películas y series de televisión. Los juegos de rol sirven además para espantar la rutina sexual y hacer que cada rato de pasión sea divertido, excitante y diferente para la pareja. Y por supuesto, suponen una mayor complicidad entre ambos, al compartir este tipo de experiencias.

Fantasía de muchos hombres

Está claro que cada persona es un mundo, y cada hombre también lo es al hablar de sexo. Aunque muchas veces se nos critique el ser “siempre iguales” en nuestras fantasías, cualquiera que haya hablado de este tema con sus amigos sabrá la verdad. Tenemos gustos muy di8versos en cuanto al placer sexual, y a cada chico le pone algo diferente. Eso sí, los juegos de rol suelen estar habitualmente entre las fantasías favoritas de cualquiera de nosotros. Porque son puerta abierta a un nuevo  universo de pasiones y posibilidades excitantes que compartir con nuestras parejas, o con cualquier chica que esté dispuesta a disfrutar de ellos. Una fantasía que, además, no es tan complicada de cumplir como otras.

Los estudios aseguran que los hombres son mucho más pragmáticos a la hora del sexo. No tienen tanta imaginación y prefieren ir más a lo explícito, en lugar de a lo sugerente. Las mujeres, en cambio, prefieren imaginar a ver directamente. Por eso el porno es algo mayoritariamente masculino. Sin embargo, no hace falta ir muy lejos para entender porque los juegos de rol son una de las mejores formas de excitarnos. Las propias escenas porno son juegos de rol en sí, donde los actores toman papeles concretos para una situación morbosa. En ocasiones, incluso esas escenas pueden servirnos de inspiración para llevar a cabo esa misma fantasía junto a nuestra chica. Y si ella no quiere… tal vez debamos buscar alternativas.

Practicar juegos de rol con una prostituta

Las prostitutas son mujeres con experiencia sexual demostrada, con la pasión a flor de piel y muchas ganas de agradar a los hombres. Por negocio y trabajo, por supuesto, pero es un trato que no desagrada a ninguna de las partes, y ambos salen ganando. Disfrutar de la compañía y el placer de una escort siempre es una experiencia especial, pero puede serlo más si le proponemos practicar alguna de las fantasías de rol que tenemos en mente. Las mismas que las otras chicas puede que no quisieran llevar a cabo. Esas que todos tenemos derecho a disfrutar, porque no son denigrantes ni mucho menos prohibidas.

Hay muchas profesionales del sexo que están decididas a cumplir esas fantasías, y que aceptan sin reparos esos juegos de rol. De hecho, muchas cuentan ya con un armario repleto de disfraces y uniformes, porque es una de las peticiones más habituales de los clientes. La escort se pondrá a tu entera disposición para hacerte disfrutar, y siempre que haya acuerdo, se someterá al rol que tú le pidas. A veces nos gusta que sea la chica la que tome el control y nos domine, y en otras ocasiones preferimos que vaya más de tímida, de ingenua… Eso ya dependerá de los deseos y  prioridades de cada cual. Escoger a una amante de lujo para llevar a cabo estas fantasías es una de las mejores opciones que tenemos si queremos disfrutarlas al máximo.