Cómo convertirse en una escort de lujo
Dicen que si trabajas en algo que te gusta y consigues llegar lejos, no volverás a trabajar un solo día en tu vida. Cuando uno se levanta cada día para hacer algo que le encanta y además cobra por ello, su autoestima crece muchísimo. Está disfrutando de una situación privilegiada de la que no muchos pueden presumir, de hecho. La mayoría se debe conformar con el trabajo que tiene, porque todos debemos pagar facturas, todos tenemos gastos… La preparación para llegar a nuestro trabajo soñado no siempre es sencilla, y muchos incluso tiran por lo más seguro, como hacerse funcionario o sacarse unas oposiciones. Esos trabajos dan mucha estabilidad pero no siempre son los más deseados. Pueden llegar a ser aburridos y rutinarios, e incluso convertirse en un infierno para los que los llevan a cabo. Porque a muchos les falta algo fundamental: la vocación. Entendemos como vocación aquello a la que estamos llamados a convertirnos, laboralmente hablando. Hay gente que siente la vocación de ser maestro y la sigue hasta las últimas consecuencias.
Para otros, la música, la literatura o el deporte son sus auténticas vocaciones. En este sentido, sin embargo, hay una gran diferencia: esto puede convertirse en nuestro trabajo, pero también en un hobbie. Tenemos vocación por la escritura, pero sabemos que es muy complicado vivir de ello, así que buscamos un trabajo más seguro y nos dedicamos a escribir en nuestro tiempo libre. Incluso cuando logramos vivir de lo que más nos gusta, esto puede convertirse en un arma de doble filo. Y es que al fin y al cabo ese será nuestro trabajo, y tendremos que centrarnos en ello todo el tiempo, a veces incluso haciendo cosas que no nos gustan tanto. Por esta regla de tres, a todos nos encantaría vivir del sexo, porque es algo que nos encanta, ¿verdad? Sin embargo, prácticamente nadie te va a reconocer que su vocación es ser amante profesional… Hay un gran tabú todavía en este tipo de servicios, pero si nos fijamos, cada vez son más las mujeres que deciden convertirse en escorts, y hacer del sexo su forma de vida.
Un trabajo muy rentable
Seamos claros: el dinero sí que importa en esta vida. Especialmente cuando no lo tienes y debes buscarlo de forma desesperada para hacer frente a gastos y facturas. Por eso son muchos los que deben aceptar trabajos muy mal pagados, y tremendamente aburridos o pesados, solo para poder sobrevivir. Mantenerse en un mundo implacable como este no es sencillo, y más cuando ya partes con cierta desventaja solo por nacer mujer.
Así que muchas han entendido que esa desventaja también se puede convertir en fortaleza, introduciéndose en negocios que son más exclusivos y que normalmente se llevan a cabo por chicas. Los servicios de compañía son uno de los sectores donde más dinero se puede ganar, ya que algunas escorts logran miles de euros por una sola noche con un cliente. Suena apetecible, ¿verdad?
Belleza, discreción y sensualidad
Pero antes de profundizar más en el tema, debemos advertir que no todas las chicas están hechas para ser escorts. Y no nos referimos solo a las cualidades físicas que deben tener, y que son importantísimas a la hora de llegar a conectar con los clientes y llamar su atención. El tema de ofrecer su compañía, incluso sin connotaciones sexuales, ya es algo que echa para atrás a muchas chicas. El tabú que sigue existiendo en torno al sexo, o a la simple compañía entre hombre y mujer, puede ser demasiado peso encima de cualquier conciencia. Y es que no estarás haciendo nada malo, pero hay mucha presión en torno a este tipo de servicios, tanto que en muchos países incluso están prohibidos, al menos los sexuales y los más explícitos.
Dicho esto, si estás convencida de que puedes con esa presión, o al menos la vas a saber manejar, debes tener en cuenta también que hay ciertas características para llegar a ser una buena escort de lujo. Debemos ser conscientes de que este trabajo se basa, en buena parte, en el atractivo. Y eso significa que estar bonitas es algo indispensable, seamos más o menos bellas, porque esto también es muy relativo. Hay escorts de lujo que se salen de los “cánones de belleza habitual” y triunfan precisamente por ser diferentes. El atractivo está sobre todo en lo que transmitimos con nuestro cuerpo, con nuestras acciones. La sensualidad es lo que se desprende, precisamente, cuando canalizamos ese atractivo de una manera más directa y sexual, buscando el contacto físico, por ejemplo. Y por supuesto, la discreción es indispensable en un trabajo como este, tanto para nosotras como para el propio cliente. Es la clave de que todos los servicios se puedan ofrecer con garantías de éxito, de hecho.
Anuncios en Internet y el boca a boca
Vamos a asumir que tenemos todo lo que hay que tener para convertirnos en escorts de lujo, da igual si nuestros servicios serán solo de compañía o también sexuales. El caso es que debemos encontrar ahora a nuestros clientes, y no resultará sencillo hacerlo si no estamos en Internet. Porque, ¿de qué manera se anuncias las escorts? Algunas cuentan con una agencia que funciona como intermediario con los clientes, aunque a cambio de una suculenta comisión. Otras prefieren ir por libre, algo que les trae más beneficios, pero deben buscar la manera de llegar hasta la clientela. Internet se ha convertido en la mejor plataforma para ello, ya que aquí se pueden publicar anuncios de todo tipo, y llegar a una audiencia muy amplia. A la hora de publicar dichos anuncios debemos tener cuidado con las fotos que subimos.
Y es que la discreción es esencial para nuestro negocio, así que mostrar nuestro rostro, o incluso tatuajes que nos identifiquen, puede ser un gran error. Mejor difuminar esas zonas, y dejar que los clientes se interesen por nosotras, para luego, en conversaciones privadas, enviar las fotos sin censura. Una vez comencemos a trabajar y tengamos a algunos clientes satisfechos, el boca a boca hará el resto. Muchos de los nuevos clientes nos llegarán recomendados por los anteriores, con el sello de calidad del trabajo bien hecho. Mantener felices a esos clientes es también básico para nuestro negocio. Una escort no necesita realizar servicios todos los días, pero no conviene tampoco depender de solo unos pocos clientes, porque si se marchan nos quedaremos de nuevo como al principio.
La seguridad y la privacidad, por encima de todo
Este trabajo tiene sus pros y sus contras, como cualquier otro. Al entrar en juego los servicios sexuales podemos estar tratando un tema muy delicado, así que debemos andar con mucho cuidado a este respecto. Buscar nuestra seguridad por encima de todo, obligando a los clientes a ponerse preservativo, y buscar siempre la máxima discreción y privacidad para ambos.
Esto hará que nos destaquemos en un negocio con mucha competencia. Cuidarnos, ser amables, divertidas y sociables, estar al tanto de los temas de actualidad, es también un plus, para mantener buenas conversaciones en nuestras citas. Y todo ello con un beneficio que puede ser de miles de dólares al mes, solo por quedar con hombres para hacerles compañía. Un trabajo que sin duda puede ser muy interesante, y que no debemos descartar solo por cuestiones morales.