Aunque pueda parecer bastante grotesco, el fist-fucking o fisting es una práctica sexual que logra satisfacer a muchas personas. La posibilidad de tener el puño de su pareja entrando por su orificio vaginal o anal, puede hacer que las sensaciones sean extremas. Y no es para menos, ya que esta conducta sexual proveniente del sadomasoquismo ha logrado a enganchar a muchas parejas. Esta conducta sexual consiste en introducir el puño de la mano, e incuso parte del brazo en un orificio como la vagina o el ano.
Este tipo de fantasías alcanzó gran popularidad entre las mujeres, pero poco a poco se ha ido expandiendo por la comunidad gay. A pesar del placer que muchos dicen que genera y la forma en la que esta práctica sexual se está colando en muchas parejas, es importante recordar las precauciones y el cuidado que se debe tener. Y es que, el peligro latente por la posibilidad de que exista un desgarro en la zona dilatada es bastante alto.