Incesto, una parafilia legal en ciertos paises

Incesto, una parafilia legal en ciertos paises

En los últimos tiempos, por fortuna, muchos de los tabúes sexuales que se habían mantenido desde hacía mucho tiempo, sobre todo por culpa de la posición ideológica religiosa imperante en muchos lugares del mundo, se están consiguiendo derribar para que la gente pueda vivir su amor y disfrutar de su sexualidad de una manera más libre. Ocurre, por ejemplo, con todos los derechos que las personas homosexuales han ido ganando con el tiempo, y también con los de las personas transexuales, que siguen luchando por acabar con la discriminación a la que muchas veces son sometidos. Este tipo de derechos son algo natural, pero también dependen de la cultura en la que se nazca, porque ese prisma cultural y social lo cambia todo. De hecho, hay parafilias impensables en Occidente que sí son legales en otros países del mundo.

El incesto, por ejemplo, siempre se ha visto como uno de los peores tabúes a los que podíamos aludir. Un amor verdaderamente prohibido e imposible, con alguien de nuestra propia familia, de nuestra propia sangre. Muchas culturas, sin embargo, han visto el incesto como algo totalmente natural y lógico, e incluso en Europa se ha practicado durante mucho tiempo en ciertas familias de nobles, donde los casamientos de primos hermanos eran la norma habitual. Esto, sin embargo, se ha demostrado preocupante para la descendencia que tenga esa pareja, ya que la endogamia supone un problema evidente para la siguiente generación, ya que la sangre, en lugar de mantenerse pura, se desvirtúa. El tabú del incesto sigue vivo en muchos lugares, pero en otros se ve como algo tan normal.

Qué es el incesto

Llamamos incesto a la relación existente entre personas de la misma familia, normalmente con  un grado primario de consanguineidad, es decir, entre hermanos, padres e hijos, abuelos y nietos, etc… También hay muchas culturas en las que se considera incesto las relaciones entre primos hermanos, o tíos y sobrinos, por ejemplo. El incesto puede tener que ver no solo con la relación amorosa, sino sobre todo con las relaciones sexuales. De hecho, hay ocasiones en las que el incesto se ha materializado sin tener descendencia, como una decisión consciente de las personas que lo llevaban a cabo. El resultado del incesto es la endogamia, es decir, la generación de descendencia dentro de un mismo grupo, con personas de la misma sangre.

¿Por qué a muchas personas les excita?

El incesto puede ser visto como un tabú, pero también como una parafilia, de las muchas que encontramos hoy en día en nuestra cultura. Hay gente que, de hecho, siente un deseo prohibido y casi inexplicable con las personas de su familia, sus hermanas, sus sobrinos, sus primos, incluso sus padres. En este último sentido tiene mucho que ver el tan celebre complejo de Edipo, que ya estudio Freud en su momento, y que apunta a que el primer amor de una persona es su padre o su madre, y durante el resto de su vida estará tratando de encontrar esa misma relación en sus parejas amorosas y sexuales. En las personas que se excitan con el incesto, el paso es mucho más directo, y buscan entablar una relación con personas de su propia familia, ya que las conocen bien y saben cómo van a comportarse. La excitación biológica puede llegar a ser natural con personas de nuestra familia, pero el punto social del tabú al incesto también hace que ese deseo quede muchas veces coartado.

Países en los que el incesto es legal

Sorprendentemente para muchos, este tipo de relaciones, aunque prohibidas socialmente  y consideradas como auténticos tabúes, no están prohibidas de forma legal. Es decir, en muchos países no se prohíbe el incesto, aunque es cierto que hay algunos peros a este tipo de leyes. Por ejemplo, en España o Francia el incesto es legal, siempre y cuando la pareja no se case. Es decir, puedes entablar una relación amorosa con tus hermanos, primos o incluso tíos, pero no casarte con ellos. No es ilegal mantener esa relación, pero es cierto que la ley no la contempla a la misma altura, o de la misma forma, que las relaciones de fuera de la familia. En Estados Unidos, dependiendo del estado, el incesto también puede ser legal en lugares como Nueva Jersey, pero está penado en otros estados, como Oklahoma o Nuevo México.

También podemos acudir a Asia, donde este tipo de relaciones están algo mejor vistos, aunque con muchos peros. Por ejemplo, en China se considera legal que los hermanos puedan casarse, pero sin embargo se les ponen muchas condiciones a este tipo de matrimonios. Algo muy parecido ocurre en Japón, donde los hermanos también pueden contraer matrimonio, después de que un juez civil decida qué tipo de relaciones pueden mantener. Lo que se busca con estas condiciones es, especialmente, evitar que la pareja procree y traiga al mundo a un niño que puede tener problemas por esa incompatibilidad de la consanguineidad familiar. En otros lugares, como Venezuela, el incesto está totalmente pr0hibido e incluso penado por ley, como la bigamia.

¿Puede tratarse esta parafilia?

El considerar el incesto como una parafilia dependerá muchísimo del tipo de mentalidad que tengamos y sobre todo, del concepto de incesto que queramos entender. Por ejemplo, si consideramos que simplemente hay una atracción sexual por ciertos familiares, pero eso no se consuma, ese tipo de eventos sí que pueden considerarse una parafilia. El deseo existes, así que la atracción será real, y es evidente que eso nos pone cachondos, pero no lo consumamos. Sin embargo, el incesto normalmente tiene que ver con la consumación de esa atracción, tanto sexual como amorosa, a través de una relación de pareja o de relaciones sexuales, algo que entraría dentro de lo legal o lo prohibitivo, como ya lo hemos visto.

¿Podemos enamorarnos de nuestra hermana o hermano? Es algo bastante peliagudo, porque es muy probable que si sentimos algo especial por esa persona no tenga que ver estrictamente con el amor romántico o con la tentación sexual, sino más bien con una extensión de nuestra propia relación familiar. Además, las parafilias suelen aludir a fetiches bastante más comunes, como gustarnos los pies en general, o las mujeres de uniforme, o incluso disfrutar de una relación sadomasoquista. Pero algo tan concreto como tener relaciones con nuestros hermanos seguramente no se pueda considerar parafilia, porque es demasiado reducido.